Son
las tres.
Por
mi puerta pasa la noche, corita y blanda, y las ramas del añoso
cedro entablan con el ciprés y el viento un murmullo de silenciosos
rezos.
Son
las tres, rilan mensajes de luz en código morse las hojas de los
limoneros... una gota de agua y el viento, haz y envés verdinegro y
gris, punto y raya y la gota de agua se zambulle en el charco que a
sus pies formó el aguacero. El agua el un charco, la calle dormida,
está lloviendo fuera y llueve dentro.
Son
las tres, y a mi cancela llama sombrío el invierno, y el frufrú de
las hojas reza letanías y en mi alma ahora tranquila también es
invierno.