No es la primera vez que parafraséo a Mario Benedetti:
Hace tiempo en respuesta a:
Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
Y yo escribía:
Después de lo de Mario compañera
que se puede decir que no este dicho.
Que no hay nada en mi carácter altanero
y que no hay en tu voz sometimiento.
y a la inversa
Que no queda hiel en tus entrañas
¿Y en mi voz que queda? Queda el aliento
aliento que alentó mil aventuras.
pasión y sexo.
Mi voz, ronco epitafio de un mujeriego
que solo sabe decir con mucho miedo.
Con miedo a equivocarse...
Mujer te quiero.
que se puede decir que no este dicho.
Que no hay nada en mi carácter altanero
y que no hay en tu voz sometimiento.
y a la inversa
Que no queda hiel en tus entrañas
¿Y en mi voz que queda? Queda el aliento
aliento que alentó mil aventuras.
pasión y sexo.
Mi voz, ronco epitafio de un mujeriego
que solo sabe decir con mucho miedo.
Con miedo a equivocarse...
Mujer te quiero.
Y en mi foto como en la de Mario:
Hay un bigote que suena a barricada
donde se esconde la palabra incendiaria.
Y unos ojos que hablan de nostalgias
Y unos ojos que hablan de nostalgias
y una mano que reposa la cabeza
de añoranzas.
¿Diez centímetros de silencio?
¿Diez centímetros de silencio?
Entre tu y yo, mujer... hay
un un océano de esperanzas...
Darío
1 comentario:
Hermoso recuerdo, hermosa poesia, hermoso tu y tu forma de escribir. Siempre es grato leerte, pero releerte es una delicia. Beso de aquellos, de salida de teatro en una noche lluviosa, de un portal sin luz y de una piedra negra al lado de un arbol.
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