lunes, 16 de abril de 2012

Carmen Posadas y el señor montaña de azucar


Las valoraciones de los imperios comerciales, suelen partir, de la valoración de la empresa en La Bolsa. Esto es falaz, equivale a plantearse que si yo compro un pollo por tres euros Kg. Para hallar el valor de todos los pollos del mercado bastaría conocer el peso y multiplicarlo por tres euros.

No quiero decir con esto que la labor del señor “Montaña de Azúcar” (traducción literal de Zuckerberg) no haya sido meritoria. Pero después de muchos años de moverme por el mundo financiero e industrial, he llegado a la conclusión que lo humanamente correcto es medir las empresas por el provecho marginal que reportan.
Para ello cabe preguntarse:
Cuantas personas se ganan la vida con esa empresa ¿Cuantos hogares tienen su seguridad en ellas?
¿Que daños y que beneficios produce a la sociedad y al medio ambiente?
Por ultimo; si mañana por un azar de la historia, tuviésemos que prescindir de FB. Cuales serían las pérdidas irremediables...

En fin, vistas las cosas con una medida humana, en medida del hombre y su bienestar como ser social, los valores de las cosas cambian. ¡Cambian y mucho!
La obra de un cojo, calvo, alfeñique, o pringao. La obra de una tímida como tu dices, tiene mas valor por lo que representa de crecimiento personal que por el valor los ejemplares de sus libros que pueda vender. Gracias Carmen por compartir tu humanidad con nostros.
Darío

sábado, 14 de abril de 2012

Llueve


Llueve, el aguacero tiene un ritmo de jazz, sincopado seco.
Las plantas torean en el viento al quiebro. Las corolas rojas, capotes de grana, que templan y mandan en el temporal.

Llueve un agua aterida, gotas diminutas de frio glacial. Los pájaros mosca buscan su cobijo entre los cipreses junto algún zorzal.

Relámpago chispa un clamor lejano, un cañón del cielo... Truena en este abril frío. Contemplo a lo lejos las olas y el mar.
Y mi pensamiento y mi alma arrecida, evocan tu casa evocan tu hogar.
Darío