En
el corral parecía que el día iba a ser como muchos otros. Solo el
viejo ganso, que según algunos era mas viejo que el corral, le era
dado discernir los días fastos y nefastos.
Por
eso se le consideraban sumo sacerdote y oráculo de aquella ciudad de
donde el averío era mayoría absoluta. Los pavos pulardas y palomas,
las ocas los patos junto gallinas y las pintadas eran los
habitantes de aquel espacio no mas grande de medio celemín. Cierto
que también había conejos, algún gocho, y alguna vez en tiempos
lejanos hubo población transeúnte de cabras ovejas, mulas y hasta
algún caballo.
Pero
esto era algo que solo el ganso, el viejo ganso, decía recordar.
Pues bien era un día como otro en que el gallo había tocado a diana
prematuramente.
Algo
mas tarde, el trompetazo de un pavo el zureo de los palomos y el
parpar de los patos anunciaba la entrada de el nuevo día. Y como de
costumbre la visita de la tía María, que iba repartiendo por todo
el corral las raciones de pienso ponía a los mas rezagados en su
sitio.
Mientras
repasaba los ponederos de las gallinas y pasaba revista a las
cluecas. La tía producía extraños sonidos con su garganta y por la
forma de moverse; el viejo ganso era capaz de predecir el futuro del
conjunto y de cada inquilino en particular.
La
visita a inquilinos e instalaciones no solía durar mas allá de
quince minutos.
Alguna
vez solía acorralar a alguna de las gallinas viejas con rapidez las
inmovilizaba, les introducía el dedo por el ano el ganso no sabía
el porque; pero si sabía que ese ejercicio repetido durante varios
días terminaba muchas veces con la gallina hecha consomé.
Pero
hoy era distinto, el gallo se había entretenido los últimos días
en acosar a los pollos jóvenes, su instinto le decía que pronto
tendría en ellos rivales algo que no podía, que no debía
permitirse un rey del corral. Su cresta, sus espolones y el brillante
traje que le vestían eran los signos de identidad del amo del
cotarro. Ninguna gallina la resistía a sus encantos y hasta las
pollitas soñaban hacerlo padre de sus huevos.
Lo
cierto es que la tía, llevaba unos días acariciando el papo del
gallo y después de esta operación le daba una puñado mas de grano.
Pero
además aquel día María había llegado con una gran cesta tapada
con un trozo de arpillera. Se metió en el aseladero, tomó hasta
media docena de jóvenes pollos y los fue apartando en una cesta.
Todas
estas manifestaciones tenían a la gallinería preocupada, tanto que
enviaron al ganso una comitiva para consultar su oráculo. Llegados
ante el hicieron una respetuosa reverencia y el comisionado habló
así. ¡Oh excelsa sabiduría! ¡Oh océano del saber! Estamos aquí
ante ti para pedirte humildemente nos expliques algo que nos tiene
muy preocupados.
El
ganso hizo un gesto de impaciencia, que intentó pareciera
benevolente -cuanto le cargaban los retóricos huecos- e interrumpió,
si creo que se lo que os preocupa. Seguro son los gestos y canturreos
que la tía María os dirige desde hace unos días.
Pues
bien no tenéis nada que temer, como bien sabéis, la vida en esta
pocilga es breve. Pero después de ella hay otra, los canturreos de
la tía María son indicadores de vuestra suerte futura. A las
gallinas mayores les toca el culo ¿Verdad? Eso quiere decir que
pronto serán ascendidas al cielo, su alma volará con el espíritu
de un consomé que es algo excelso y todos terminarán alabando
vuestra gloria.
Y
a ti el gallo -que miraba con desasosiego. Tu nada debes temer gallo,
has cumplido tus días como un gran macho no has dejado gallina ni
pollita virgen y por eso te espera la gloria, serás llevado al
palacio y allí alcanzarás el estado de divino varios humanos se
sentarán en tono tuyo ensalzando tus muslos y pechugas.
¿Y
mi hermano? Dijo un pollopera, se lo han llevado hoy en un cesto con
otros cuantos, mientras la tía María decía algo así como
canónigos canónicos no se...
Ah
canónigos que excelente vida que le queda reservada a tu hermano y
sus compañeros, será instruido en el desprecio del sexo, será un
capón de canónigo seguro que dijo eso aprenderá la meditación y
el silencio en un comedero repleto de los mejores granos... Y después
cuando llegue su momento de iniciar la otra vida lo hará acompañado
de cánticos que ensalzarán su gloria.
Dicho
esto el gran ganso calló dando a entender con un gesto del pico que
la audiencia había terminado.
Un
pato joven, que se decía sobrino suyo, paso el cepillo de la limosna
mientras abandonaban el rincón que servía de oráculo. Al volver
puso delante del ganso un cumplido montón de diferentes granos. El
gran ganso creyó percibir una mirada preocupada en su sobrino y su
intuición le hizo preguntar ¿Que te pasa chico?
El
joven pato tartamudeando dijo, tío tu siempre vaticinas el futuro en
la otra vida pero a mi nunca me dices nada ¿Qué será de mi Eh!
¡Qué será de mi?
Ah
hijo mio nada te preocupe tu en tu otra vida serás lo mas excelso
que un pato puede ser, es mas ninguna de las otras aves alcanzará tu
gloría TU SERAS FOÏE ALGO TAN DIVINO QUE MUY POCOS CONOCEN.
Un
respingo de emoción recorrió el cuerpo del sobrino y anduvo todo el
resto del día repitiendo ufano: Seré foïe, seré foïe, el mas
alto honor reservado a un pato.
Dario 1/09/2012