Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados,
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?
Felix Lope de Vega Carpio
Para seguirte en amor por el camino
que tiene en mí Gólgota meta y destino.
dame de tu leño la parte de cayado
de tu palabra báculo labrado.
Sedienta la mirada de tus rasgos
hambrienta el alma de tu paz serena
que no me impongan por mis pecados
por pena del destierro de tu vera.
Cruz final del personal calvario
con el empeño de amar al enemigo
en el apego de dar lo por ti amado
Morir un poco en en el afán diario
morir amando a ti y a tu obra
entrega a los demás sin menoscabo.
Kasi
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