Leer con que fuerza se opone la barbarie del de Millan Astray, impone. Por menos, otros recibieron "el paseo".
Es Miguel un vasco de su tiempo con raíces hondas en las creencias de un pueblo al que le rezuma el rasgo atávico.
Cuando hasta hace poco, El Lehendakari -neologismo peneuvista- que significa primer secretario. Juraba el cargo, Ante dios humillado. Con una formula "Tradicional" de ayer como mucho mas tardar. Asistimos a una de las puestas en escena de la farsa histórica que llevó a la república española al fracaso.
Pero no es del cuento montado sobre un pueblo para defender determinadas oligarquías de lo que quiero hablar.
Solo quiero enfocar la luz de mi linterna, sobre Miguel de Unamuno. Por entender su vida es un paradigma de lo que creencia y sociedad puede limitar, y más en el siglo XIX, el desarrollo de una personalidad. Miguel, tendrá durante toda su vida crisis de fe, que se ven en su obra y trascienden sus actos. ¿Como es posible qué? un hombre intelectualmente lúcido sea incapaz de resolver su ecuación vital. Como un hombre; que no tiene miedo, de desafiar la dictadura De Primo de Rivera, Al Rey, y a los militares golpistas, Sea incapaz de hallar un compromiso interno entre fe y razón...
Un pozo, el pozo, el de los dominicos
el paraninfo, la idea, donde Miguel
defiende de la embestida demente
La España intelectual en la contienda.
El fascio redentor sajará España
Acabo de oir ¡Viva la muerte!
Paradoja que parece repelente
grito necrófilo por insensato
que busca los ecos de ultratumba.
La agria voz de un loco mutilado
Razón de fuerza que la razón les niega
De una guerra incivil llena de saña
cementerio de la imperial quimera.
imagen mutilada de una España.
Ay, Miguel que como el pozo dominico
al vocear en su brocal Dios Dios Dios
La España de las armas y el deliro
solo responde ¡Yo!¡Yo!¡Yo!
Kasi
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