De el rancio color del pergamino
enjuto de carnes y de hacienda
abnegado ayunador avaro cierto
por mas doblas y doblones que amasara
siempre creyó menguada su riqueza.
Era este Domine Cabra caballero
frugal en colación y en refrigerio
recado de escribir solo en su mesa
y aun este el justo para pasar cuentas.
Cuerpo sumido en austera cuaresma
convite nunca hizo y menos alifara
por las ventas... Que vender afrenta.
Injuriador de barrigas ayunando
esforzado paladín de la miseria
ahorrando por ahorrar el último suspiro
Es un Sísifo penado en el averno
cargando su fortuna, en infinita cuesta.
Y mientras aquí los herederos en salvas
y cohetes despilfarran
hasta los últimos gastos del entierro.
Kasi
La muerte y el avaro Holbein
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