Oigo tu voz en la lejanía. En el rumor de las hojas secas, que desnudaron la arboleda.
La oigo en el sueño inquieto y paso en duermevela tu ausencia.
Hablo de ti de mi y de nosotros, de las cosas buenas de la vida. De aquello que la muerte me robo contigo. De la infinita soledad que ahora me dejas.
Tendré que hacer un ramillete, con las rosas; que la memoria impía, me muestra como espinas. ¿Por qué Tanto dolor? Donde antes hubo dicha.
Me abrazaré a ellas y a puro de caricias, les volveré el calor y el color de las rosas; que un día fueron nuestras, y hoy son, tan solo mías...
Y daré gracias al cielo por tenerte aunque poco, entre mis brazos, por haber compartido un poco o un mucho de tu vida.
Kasi
1 comentario:
si en algo sirviera mi presencia, mi mano a cubrir la herida, mi silencio a escuchar tu voz dolida, mi abrazo qe te diga aqui estoy siempre contigo pese a la distancia.
Un beso y un abrazo desde ultramar
quetzalli (ishtar)
Publicar un comentario