viernes, 29 de mayo de 2009

Dominación. Un arte

La mente dominante es aquella, capaz de la eficiencia.

Eficiencia es al contrario que eficacia la movilización de todos los recursos disponibles.
La capacidad de controlar varios procesos al mismo tiempo. Y es algo propio del la mente de mujer.
Una especialización de genero, propia de quien ha sido orientada a vigilar la prole, tejer administrar, cocinar todo a un tiempo. Mientras el macho juega a la caza o a la guerra.

Hace ya unas cuantas décadas, yo adolescente, porfiaba con un hombre del Señor, de aquellos que son solo bragueta en un debate sobre el mando y el dominio en la pareja.

Era de la opinión aquel buen samaritano; que en el matrimonio cristiano, jugaba la mujer el rol de la eficiencia y del hombre ha, potestad de la eficacia.

¡Si! Buena sabiduría la de la iglesia, que sabe que, en teniendo las sayas suyo será el hato y el peculio.


¿Qué diría hoy aquel santo varón? De una familia entre iguales... ¿como asignar un rol de género a cada uno? Y a pesar de todo; no os parece que sí, que algo de el dominio y la eficiencia es cierto. ¡Que a fin de cuentas género no es sexo!

En fin imagino al hermano S. J. Sonriendo mordaz entre las sombras. Mira te lo dije, lo entiendes. Hasta en el divorcio, la tajada es de la eficiencia.

Kasi

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