martes, 25 de noviembre de 2008

En un vuelo de la mente

Regresas del ayer, o vuelves del mañana. Y todo con la velocidad del pensamiento, raudo como la luz, que acorta el tiempo. Y en ese tiempo inexistente, entre dos ideas, creas cien mundos paralelos.

Y hay, un mundo habitado por mujeres, solo por hembras incólumes; al paso de los años. Todas niñas todas viejas. Niñas de glaucos ojos juveniles y sienes plateadas; que incluyen en la frescura de lo núbil, el blanco de las canas.


Mujeres en fin, niñas ancianas, intemporales rosas, brotes tiernos de amores desbocados.

En la serenidad, en el silencio, de ese universo al que solo se acceden por la mente los maestros las hallarás.

Y cuando hallas hollado el gineceo de las mujeres sabias. Volverás a tu ser, y renaciendo serás capaz de desenmascarar a las falsas hetairas, historiadoras del fracaso. Fracasadas.

Kasi

PD

Arriba no hablo de mujeres eso es obvio; y si de un viaje al Topos Uranos, donde las ideas seres absolutos, transgresoras de las leyes del tiempo y del espacio. Sientan sus reales. Hijas de “la loca de la casa” -La imaginación de Teresa de Ávila- el alcanzar la esencia del conocimiento nos hace a la vuelta descubrir los razonamientos falaces y las trampas que la existencia nos depara.


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