martes, 29 de diciembre de 2015
Tres espejos y mi alma
Hay un espejo que te espera umbrío
y cuando asomas en él tu, la mirada
cómplice en confidencia te detalla
aquel pliegue incorrecto de la falda.
Hay un espejo que callando habla
puesto está en el vestíbulo de mi casa
otro te ve bajo el chorro de la ducha.
Hay un tercero que oculto en la alcoba
escondido en el armario vigila
tu ropa mientras estamos en la cama
Ejercito voyeurista que espía.
cuando te perfilas los labios cuando...
y yo te veo y te disfruto en todos
te veo cuando hablas y cuando callas
y al cerrar los ojos veo tu reflejo
en mi alma.
lunes, 7 de diciembre de 2015
Un juguete sin rima o tal parece.
Ha
sido una velada
de
sones apagados
trompetas
con sordina
rumores
de frufrú.
De
lentas letanías
y
un coro anacoreta
un
disco de gramola
pinchado
una y mil veces.
En
una caracola
se
oye batir la mar.
Ha
sido una velada
donde
el oro y la plata
tejieron
un tisú.
Ha
sido en esta tarde
que
sin tu compañía
he
terminado un verso
tan
difícil tan difícil
como
tu.
martes, 1 de diciembre de 2015
Murió El Amor
Le
Hicimos al amor el boca a boca
cuando
su corazón ya no latía
hicimos
el amor junto un manual
de
posiciones raras.
Se
nos murió el amor en la ambulancia
se
nos murió el amar en la desgana
se
nos murió el querer de inapetencia.
Y
ardió mi amor la egolatría.
Muriendo
en un ardor de apatía.
Se
fue sin despedirse a la francesa
se
colapsó refugiado en la alcoba
donde
hacía tiempo que habitaba
de
donde hacía meses no salía.
Él
no estaba ya en nuestras vidas
en
la cocina, en el salón, o la terraza.
Y
no nos dimos cuenta que el amor
huía,
irrevocable sin promesa
de
volver, sin esperanza.
©
Alfredo J. Río
domingo, 29 de noviembre de 2015
El alba el caracol y...
Viene
el alba, con el paso
renuente
del solsticio
de
invierno.
Llega
el sol con su bufanda
roja,
dejando en la tierra
la
catarral huella
de
la rosada.
Es
la escarcha en el alba
avenida
de caracol, su baba
el
pequeño cornudo
con
su concha arrastras.
Y
por todo sitio donde pasa
va
dejando su viscosa mala baba.
lunes, 23 de noviembre de 2015
Intelijencia Dame
¡Intelijencia,
dame
el
nombre exacto de las cosas!
… Que
mi palabra sea
la
cosa misma
creada
por mi alma nuevamente.
Que
por mí vayan todos
los
que no las conocen, a las cosas;
que
por mí vayan todos
los
que ya las olvidan, a las cosas;
Que
por mí vayan todos
Los
mismos que las aman, a las cosas…
¡Intelijencia,
dame
el
nombre exacto, y tuyo
y
suyo, y mío, de las cosas!
(Eternidades)
1918
Juan
Ramón Jiménez
A
mi el poema, me da en la nariz un cierto aroma de logia.
Creo
notar un trasfondo masón en este verso.
Cierto
que Juan Ramón no lo era, o no se sabe que lo fuese. Pero si lo fue
Rubén Darío, amigo colega y maestro. Por otra parte, tampoco sería
extraño, que en el ejercicio de sus funciones como director de las
Ediciones de la Residencia de Estudiantes (1914) hubiese tenido
contacto con algún masón la masonería sus ritos, o sus
planteamientos.
Aunque
aparentemente marra el tiro, también podría haberlo hecho por
discreción pero en cualquiera de los casos se parece pero no es.
Me
he permitido, hacer cuatro estrofas diciendo lo que en mi opinión
separa su texto del intento. En fin juzgad vosotros...
Por
un momento Juan Ramón parece
transitar
por un camino conocido
pero
pide el nombre exacto de las cosas
en
vez de pedir la palabra, el verbo
Pide
el nombre, sustantivo de objeto
un
universo en si en si la cosa
creado
entonces por el intelecto
abre
entre él y el verbo una fosa
pide
el sujeto y abandona el verbo
sustantiva
el ente lo desendiosa
olvidando
que dios está en el verbo
que
en el principio era la palabra
la
palabra estaba y era con dios
y
dios creó con la palabra verbo.
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