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lunes, 12 de agosto de 2013

Muerte juicio infierno o cielo...

Noche obertura de novísimos
la última etapa de mi credo
Muerte juicio infierno o gloria
por ese orden el teólogo severo
las grabó a fuego en mi memoria.
To te jode el andoba que certero
cuando es al revés la jerarquía
Por la gloria perseguí tu cuerpo
hallando solamente un infierno.
Cuando en ese orco residía
juicio y razón yo fui perdiendo
juzgado en que soy juez y reo
la pena capital me concedía.
Morir después de ese averno
hace saber a gloria la tumba fría
obliguen a cantar la palinodia
al teólogo vecino del erebo
que case con mi viuda
es el mejor regalo que le dejo.

miércoles, 19 de junio de 2013

Estaban en la tasca vacilando


En el puñetero pub o en el establo

volviendo a reemplazar el verbo usado

la palabra antigua que anodina

en una hoja del diccionario anida

por un neologismo que acurado

de germano gustillo rezuma acerbo.

Pedir un bíter pudiéndolo llamar amargo

acerbo amarescente  acibarado.

Tomar cubatas cenar pizza y bocatas

y no  arrearse un chusco con serrano

de zamborotudo caldo un lingotazo

a joerse con del marché comunitario





domingo, 16 de junio de 2013

Aquel Mayo Francés.

Aquel Mayo en París

de frases creativas

imbécil burguesía.

Aquel mundo soñado

de dulces progresías

llega hoy a mis hijos

traidor a las esencias

prendido del consumo

de lujos y derroche

etiqueta en el tanga

afiches y pasquines

y feroz sirindanga.

Vástago que pródigo

la juventud derrocha

como en el ejemplo

del evangelio.

La lucidez trasnocha

garrafa y botellón

al humo de “maría”

yo tan carca y viejo

como lo fue mi padre

en esa época mía 

F. Darío 


domingo, 12 de mayo de 2013

Un fruto muy de hoy




Soy funcionario a dedo, de esos del partido
nacido de la urna y estiércol democrático.
Plantado como almiar en medio de la paja
de tronco renegrido corteza agrietada.
Marco las horas cuando el sol me acompaña
soy para la hormiga torreón y cucaña.
No me vence el aquilón ni el matacabras
muerto en pie, sin brazos, mis ramas cercenadas.
Envidio ser de la higuera espantajo.
Trabajar asustando por el viento mecido
público rozavillón sin dar palo al agua