miércoles, 2 de mayo de 2012
martes, 1 de mayo de 2012
Alboradas.
Hay mañanas, que como entonces, te despertaban ruidos familiares en el zaguán.
El rebuzno del viejo asno del vecino.
Un batir de huevos para las tortillas.
El olor a mirra, que dejó en el catre, el cuerpo de la mucama.
¡Ah! aquellos días en la casa solariega, donde el delfín tenía
derecho de pernada. Aquella dulce niñera de mis primos que se dejaba
acariciar bajo la falda...
En fín cosas de la infancia
Y el jugar
a esconder en el desván, la golfilla "las golfas" y esas primeras
erecciones casi vergonzantes...
Primeras lujurias, amanecer adolescente...
juntos dentro de aquel viejo armario, cuerpo con cuerpo las mejillas
sonrosadas un beso impúber...
Y a la noche durmiendo con la tata, sus manos que te buscan y te hacen hombre así como si nada...
Darío
domingo, 29 de abril de 2012
Sobre un Verso de Amado Nervo
Si
tú me dices ven, lo dejo todo...
y
envainaré la espada
guardaré
el venablo, la palabra
Y volveré a otros la mirada
henchida
de amor tu enseñanza.
Escucharé
tu voz en mis entrañas
en
un cultivo de amor, el alma
Herida
del onceno mandamiento
Partiré
peregrino entunicado
en
busca de ti Dios mi esperanza.
Si
tú me dices ven, todo lo dejo...
sea
tu voz clarín, llamada
peregrinar
a ti por tu palabra
saliendo
de mi lodo de mi nada
que
solo tu mano hace humana.
Llegar
a ti, anciano casi viejo
y
en mis días de otoñada
compensaré de otrora las andanzas.
fúndase mi crepúsculo con tu alba.
¡Oh, Cristo, como blandón en tu amor
compensaré de otrora las andanzas.
fúndase mi crepúsculo con tu alba.
¡Oh, Cristo, como blandón en tu amor
mi
alma arda!
Darío
Dice Nervo:
SI TÚ ME DICES VEN
Si tú me dices ven, lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo
Si tú me dices ven, lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo
que tu voz como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices ven, todo lo dejo...
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular,
más he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh, Cristo! como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar.
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices ven, todo lo dejo...
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular,
más he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh, Cristo! como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar.
lunes, 23 de abril de 2012
Hoy a los libros
Sueños en papel encuadernado
postetas de fantasía llenas
saber de los sabios lo sabido
Conocimiento, números, letras
vendaval de pasión, novela
o céfiros lenes de poeta.
Libro, renglones son tus venas
tus arterias, diciendo a veces
lo que quiere, entre ringleras
Compañero fiel y buen amigo
te saluda en tu fiesta este
deudor; de afición poeta.
Darío
lunes, 16 de abril de 2012
Carmen Posadas y el señor montaña de azucar
Las valoraciones de los
imperios comerciales, suelen partir, de la valoración de la empresa
en La Bolsa. Esto es falaz, equivale a plantearse que si yo compro un
pollo por tres euros Kg. Para hallar el valor de todos los pollos del
mercado bastaría conocer el peso y multiplicarlo por tres euros.
No quiero decir con esto
que la labor del señor “Montaña de Azúcar” (traducción
literal de Zuckerberg) no haya sido meritoria. Pero después de
muchos años de moverme por el mundo financiero e industrial, he
llegado a la conclusión que lo humanamente correcto es medir las
empresas por el provecho marginal que reportan.
Para ello cabe
preguntarse:
Cuantas personas se ganan
la vida con esa empresa ¿Cuantos hogares tienen su seguridad en
ellas?
¿Que daños y que
beneficios produce a la sociedad y al medio ambiente?
Por ultimo; si mañana
por un azar de la historia, tuviésemos que prescindir de FB. Cuales
serían las pérdidas irremediables...
En fin, vistas las cosas
con una medida humana, en medida del hombre y su bienestar como ser
social, los valores de las cosas cambian. ¡Cambian y mucho!
La obra de un cojo,
calvo, alfeñique, o pringao. La obra de una tímida como tu dices,
tiene mas valor por lo que representa de crecimiento personal que por
el valor los ejemplares de sus libros que pueda vender. Gracias
Carmen por compartir tu humanidad con nostros.
Darío
Suscribirse a:
Entradas (Atom)