Le
Hicimos al amor el boca a boca
cuando
su corazón ya no latía
hicimos
el amor junto un manual
de
posiciones raras.
Se
nos murió el amor en la ambulancia
se
nos murió el amar en la desgana
se
nos murió el querer de inapetencia.
Y
ardió mi amor la egolatría.
Muriendo
en un ardor de apatía.
Se
fue sin despedirse a la francesa
se
colapsó refugiado en la alcoba
donde
hacía tiempo que habitaba
de
donde hacía meses no salía.
Él
no estaba ya en nuestras vidas
en
la cocina, en el salón, o la terraza.
Y
no nos dimos cuenta que el amor
huía,
irrevocable sin promesa
de
volver, sin esperanza.
©
Alfredo J. Río