lunes, 11 de junio de 2012

La deuda soberana al quevedesco modo retratada


Erase un hombre a un crédito pegado
erase una cantidad superlativa
monte de piedad nación y estado
erase una deuda corporativa

Era un pozo sin fondo del deseo
donde euro que entraba era recluso
penado galeote de por vida preso
agujero negro y olor de alcantarilla

Era allí donde la corrupción anida
ara del altar del dios dinero
donde políticos mediocres dicen misa

Un gastar por gastar que Zapatero
dejo a don Mariano Rajoy emparejado
en una cuenta estatal cual serpentina.

Era mala gestión de tirios y troyanos.
Darío

lunes, 4 de junio de 2012

Variaciones a un verso de Francisco de la Torre S.XV


Dice el vate de la Torre:

Dime, triste corazón,
¿Por qué callas tu passión?

Cativo no sé qué diga
A quien sirvo es mi enemiga.

Plázeme con mi fatiga,
Desespero galardón.


Y yo reordeno luego

Dime triste corazón
qué tu pasión acallando
en versos de pié quebrado.
La su dolor
disimula

Piando versos quebrados
paso la tarde penando
como ruiseñor cautivo
de quien amo

Es mi enemiga servida
hacerme su prisionero
en el garlito de oro
de la red de su cabello
compuesto

Tengo yo por galardón
amar a mi enemiga
y tener en alto honor
mi fatiga.

martes, 22 de mayo de 2012

Si alguna vez


No es la primera vez que parafraséo a Mario Benedetti:
Hace tiempo en respuesta a:

Si alguna vez advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio 

Y yo escribía:
Después de lo de Mario compañera
que se puede decir que no este dicho.

Que no hay nada en mi carácter altanero
y que no hay en tu voz sometimiento.
y a la inversa
Que no queda hiel en tus entrañas
¿Y en mi voz que queda? Queda el aliento
aliento que alentó mil aventuras.
pasión y sexo.
Mi voz, ronco epitafio de un mujeriego
que solo sabe decir con mucho miedo.
Con miedo a equivocarse...
Mujer te quiero.

Y en mi foto como en la de Mario:
Hay un bigote que suena a barricada
donde se esconde la palabra incendiaria.
Y unos ojos que hablan de nostalgias
y una mano que reposa la cabeza
de añoranzas.
¿Diez centímetros de silencio?
Entre tu y yo, mujer... hay
un un océano de esperanzas...
Darío

domingo, 20 de mayo de 2012

Recuerdos


Un sol otoñal y frío se desliza por cielo gris, hacia el ocaso, oxidando las vides los hayedos...
Un aire silencioso y gélido, da a la montaña coloratura de azules mordida en las crestas del blanco de la nieve.
Los campos vestidos del marrón de los barbechos, de el verde oscuro de los abrojos donde un día hubo tierras de pan llevar.
Despoblado desierto solitario, vacío, abandonado porque sus moradores huyeron de sus hambres hacia la mar. 
Dicen que en la costa contratan a jornal  y maquilan y especulan y laboran para mal